Thursday, July 14, 2011

EL TOMATE

Es una de las hortalizas más consumida en el mundo y tiñe de rojo multitud de platos de nuestra gastronomía. Sabroso e indispensable en la cocina, el tomate encierra en su interior un dechado de virtudes para la salud. Descúbrelas.

Crudo, frito, cocido, en salsa, en zumo o prefieras, el tomate es un alimento nutritivo y refrescante que, por su sabor y bajo precio, forma parte de la dieta de la mayoría de los latinoamericanos. Sin embargo, el beneficio de esta sencilla hortaliza en la salud puede ser muy superior a cualquier fármaco, producto de costosas y complejas investigaciones, que el hombre haya inventado. Y es que, hasta la fecha, ningún medicamento ha conseguido tener tantas propiedades terapéuticas como ha revelado poseer el tomate, puesto que por sí solo previene el cáncer y el infarto, además de combatir muchas otras enfermedades.

Si un científico proclamara que el producto que ha creado puede prevenir hasta nueve tipos de cáncer, reducir el colesterol, combatir infecciones, fortalecer el sistema inmune, eliminar el ácido úrico, aplacar el dolor artrítico y reducir el riesgo de infarto, cualquiera podría acusarle de mentir y de aprovecharse de las esperanzas de los demás. Si en vez de un científico se tratara de un agricultor probablemente habría que darle la razón, ya que estaría hablando del tomate.

El tomate es un conocido remineralizante y desintoxicante.
Además de las toxinas que expulsa debido a su efecto diurético, también se encarga de eliminar el ácido úrico y de reducir el colesterol. No es extraño, por tanto, que un estudio de la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos, encontrara que las personas que consumían este alimento con regularidad tenían la mitad de riesgo de sufrir un infarto que aquellos no lo hacían. El estudio comparó a 1.300 americanos y europeos que habían sufrido un infarto con el mismo número de sujetos que nunca lo habían padecido.
La conclusión era clara: la diferencia se encontraba en el consumo de tomate.
La sustancia que, según todos los estudios, es responsable de este resultado es el licopeno, un pigmento que le proporciona su característico color rojo. El licopeno también se encuentra en las sandías, las zanahorias, los albaricoques y los pomelos. La diferencia es que el tomate es el que mayor proporción tiene de este pigmento, hasta el punto de que proporciona el 90 por ciento del necesario para el organismo.
Cáncer
Sin embargo, lo que más interés ha despertado entre los científicos de todo el mundo es la capacidad del licopeno para prevenir e incluso combatir el cáncer. Tras analizar 72 estudios sobre la relación entre esta sustancia y el cáncer, un equipo de investigadores británicos y norteamericanos comprobó que, en 57 de ellos, la relación entre un menor riesgo de cáncer y la ingesta de licopeno era completamente segura y en 35, "significativa". Este hallazgo permitió a los científicos concluir que esta sustancia es un poderoso antioxidante que previene la aparición de diversos tipos de cáncer, especialmente de próstata, pulmón y estómago.
La lista, no obstante, podría ser mayor. El coordinador del equipo investigador, el doctor Edward Giovanucci, de la Facultad de Medicina de Harvard, en Boston, estuvo hace pocos meses en Pamplona, donde confirmó que los datos sugieren que el consumo habitual de tomate previene también el cáncer de esófago, páncreas, mama, colorrectal, bucal y cervical. "Los tomates son ricos en sustancias fitoquímicas con propiedades anticancerígenas, que conducen a la formación de carotenoides como el licopeno, compuestos que protegen a las células de los efectos de la oxidación", según explicó el científico norteamericano.
Rico en Vitaminas C y A,

  • Vitaminas grupos B, PP y K.
  • Minerales: Fósforo, hierro, calcio, magnesio, manganeso, zinc, cobre, potasio y sodio.
  • Bioflavonoides
  • Licopeno
  • Altas propiedades antioxidantes y por tanto un excelente aliado contra el cáncer.

Bueno amigos a comer tomate... 

Sunday, July 10, 2011

FACUNDO CABRAL: "SOY UN AGITADOR ESPIRITUAL"

Entrevista por Jorge Juliani 5/31/2011


Cantautor, trovador, juglar, libre pensador, anarquista trotamundos, hombre de fuerte espiritualidad, todas estas definiciones le caben a Facundo Cabral quien esta noche ofrecerá un recital en el Teatro Met
Con 74 años en sus espaldas, una trayectoria que le ha llevado a recorrer con sus mensajes los cinco continentes y demostrando una contagiosa paz interior, Cabral visitó LA REPUBLICA explicando que el concierto que ofrecerá esta noche es un "testimonio de vida". En una extensa charla este polémico artista expresó que lo suyo es muy antiguo, "hay influencias que tienen tres mil años, Homero, el rapsoda, el contar historias por los pueblos, los Salmos bíblicos. Recuerdo que la Madre Teresa dijo que yo no era un cantor, que era un testigo, que lo que yo hago es un testimonio de lo que puede hacer Dios con tu vida si te dejas llevar por él.
Una vez le preguntaron ¿Y cómo sé yo lo que Dios quiere para mí?, a lo que ella contestó 'Dios es amor por lo tanto cuando estás haciendo lo que amas, es lo que Dios quiere para tu vida'. Y yo lo que más amaba -prosiguió- era cantar, por lo tanto eso es lo que Dios quiere para mí. Un oficio que me lleva por el mundo casi sin darme cuenta, por los cinco continentes y en diferentes situaciones. Lo mío es un testimonio de vida. Uno es un agitador espiritual. Lo que yo hago es agitar"- subrayó recordando que su madre le decía 'incendia la sala para que se vayan llenos de calor'. "Por eso cuando salgo al escenario lo que intento es contagiarle a la gente el amor por la vida, empujarla a que se anime a vivir, porque si tienes miedo la vida no existe. El miedo es la antítesis del amor. El amor es valentía"- afirmó con énfasis.




Luego, rememorando sus comienzos, recordó que hubo un tiempo "en que salí a buscar al culpable afuera. No tenía la más remota idea de lo que decía San Agustín. Agustín decía que ni a la verdad ni al culpable se lo busca afuera. Buscaba razones intelectuales y de pronto me di cuenta que la única tarea que tiene un ser humano que tuvo la suerte de nacer, es llegar a ser un individuo pleno, porque cuando uno no molesta a la sociedad, ya es uno menos para joder. Yo soy uno menos para molestar, de mi no tenés que cuidarte, no voy a envenenar con la droga a tu hijo, no voy a matar a tu abuelita, no voy a prenderle fuego a tu casa porque esté drogado. Eso es fundamental. Si estás bien con vos mismo, entonces, sin darte cuenta sos útil a la sociedad porque algo de eso se escapa y podes contagiar a otros. Por eso decimos que la Madre Teresa entraba a un mundo de silencio pacífico. Vamos al templo a buscar ese silencio, sin embargo, si nos escucháramos, ese silencio lo podemos tener adentro nuestro las veinticuatro horas del día.




La miseria me enojó, el mundo me calmó. La vida en estos 74 años me enriqueció, soy un tipo más libre, soy un tipo más feliz. La felicidad no depende de que Boca le gane a River. La felicidad es una decisión en sí misma, porque uno decide ser feliz en las circunstancias que fuere".
Respecto a su definición como anarquista Cabral aclaró que es "serenamente anarquista. Anarquía no es caos, sino que es ser responsable de uno mismo. Todos sabemos lo que está bien y lo que está mal. Cualquiera sabe que matar está mal y que está muy bien ayudar al que te necesita. Eso es muy simple. Mi infancia fue el hambre total, mi padre se fue antes que yo naciera, ya había seis hermanos. Caminamos durante nueve años hasta Usuahia. En el camino mis hermanos fueron muriendo de hambre y de frio, murieron cuatro en nueve años. Luego de conseguirle un trabajo a mi madre yo salí a vivir solo. Trabajaba como peón golondrina. Robé para beber, por eso fui a una cárcel de menores, lleno de bronca. Allí había un Jesuita enamorado de los libros. Apareció el Martín Fierro, apareció Balzac, apareció Dickens, los Cuentos de las mil y una noches. Entonces me dije: carajo, cuantas cosas hay en el mundo que yo ni las sospechaba. Apareció la poesía, Quevedo, Góngora, Lorca, Whitman. Esos libros me encendieron, me metieron en el arte con una calentura que aún me dura. Y después, gracias al arte caminé y caminé. El arte se metió en mi espíritu y el espíritu pasó delante del intelecto. Ahora el intelecto es un buen secretario del espíritu. Conocí así una fórmula para la felicidad: escuchar al corazón antes que intervenga la cabeza que siempre te mete en conflicto. Aprendí a armonizar diferencias. La cabeza siempre pregunta porque nunca aprende, el corazón sabe una sola cosa y la ejecuta, que es amar, por eso, -concluyó- estoy benditamente condenado a la felicidad".